Esa Palabra de Dios que libera al hombre de la ansiedad mundana de la charla estéril y de la búsqueda frenética del éxito

La Iglesia es hija de los primeros discípulos vacilantes

“Bienaventurados somos” que a pesar de no haber visto creímos en Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre