A la raíz de la crisis: historia de oportunidades perdidas
A LAS RAICES DE LA CRISIS: HISTORIA DE OPORTUNIDADES PERDIDAS
El Papa Benedicto, agudo crítico de Rahner, ascendió al papado, donde tendría toda la experiencia, inteligencia, la autoridad y el poder para actuar una solución al grave problema, incluso él no lamentablemente no hizo nada y probablemente para esas pocas intervenciones alusivas que hizo, se ha traído sobre si la ira de los rahnerianos, que lo llevaron a abdicar y renunciar al ministerio petrino. La encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco, terminación de la encíclica iniciada por Benedicto, repite clichés e ignora por completo el tema. Hoy el problema, por tanto, sigue abierto .
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El pensamiento católico surge de hecho y de derecho por la conjunción de la actividad del Magisterio de la Iglesia con la de los teólogos. La guía, la interpretación auténtica y la garantía de la verdad de la doctrina de la fe viene del Magisterio bajo la presidencia del Papa. Tarea en cambio de los teólogos es investigar sobre las cuestiones pendientes avanzando opiniones o hipótesis interpretativas o proponiendo nuevas soluciones, con el fin de promover el avance del conocimiento de la Palabra de Dios, presentando al juicio de la Iglesia los descubrimientos hechos y las nuevas teorías.
El Magisterio, al vigilar, proponer e interpretar el dato revelado y al aprobar o rechazar las nuevas doctrinas de los teólogos, no se equivoca, ya que goza de la asistencia del Espíritu de la Verdad prometido a él por Cristo hasta el fin del mundo. En cambio las doctrinas de los teólogos, especialmente cuando por negligencia no se adecuan al Magisterio o confunden las enseñanzas, pueden ser incorrectas. Pero también una doctrina teológica cierta (theologice certum), aunque estrictamente deducida a partir de principios de la fe, no puede jamas presumir de ser considerada en la Iglesia como una verdad de fe, porque siempre será simple doctrina humana , aunque fundada en la fe. Sólo el Magisterio de hecho tiene, con el juicio infalible e irreformable, esta grave tarea al determinar y definir las verdades de la fe por orrden de Cristo. Sin embargo, puede suceder que una nueva doctrina teológica interpretativa o explicativa del dato revelado venga a tenner tanta importancia o validez a los ojos del Magisterio, que estos la elevan a la dignidad del dogma de la fe.
En el conjunto histórico del pensamiento católico Por lo tanto, hay que distinguir cuidadosamente los pronunciamientos doctrinales del Magisterio en materia de fe o dogma - El Papa solo o con el Consilio - de las doctrinas u opiniones actuales entre los teólogos, doctrinas que, dada su discutible e incertidumbre, pueden legítimamente ser contradictorias entre sí, sin comprometer en o con ninguna de ellas necesariamente el dato de fe o la sana razón. Algunas teorías pueden ser más conservadoras o tradicionalistas, otras más novedosas o progresivas: nada de malo, nada de peligroso, nada de qué preocuparse, nada de escandaloso, antes bien un fenómeno bastante normal, fisiológico y rentable, expresión legítima de la libertad de pensamiento, lo que se traduce entre las diferentes corrientes o escuelas un enriquecimiento mutuo, siempre que no se rompa la unidad fundamental, convergencia y concordia sobre las verdades esenciales y que no salga de los límites de la recta fe.
El régimen o funcionamiento normal a nivel eclesial y colectivo de pensamiento católico comporta de hecho y de derecho, en la historia, un acuerdo general en principio, entre las posiciones del Magisterio y las de los teólogos, salvo extraordinarias desviaciones dolorosas e inevitables, que se encuentran entre los teólogos rebeldes, en general caracterizadas en el fenómeno del cisma o de la herejía. Este fenómeno fue grave, macroscópico, generalizado e impresionante por no decir trágico con el nacimiento del luteranismo. Pero en la historia de la Iglesia el Magisterio es siempre, considerándolo todo, ha sido capaz de regular, controlar y dominar el clima o la situación general, a fin de garantizar a los teológos y a los fieles una cierta uniformidad, coherencia y obediencia al mismo Magisterio, mientras que los teólogos, por su parte, se han sentido siempre, en su conjunto, a gusto por no decir con orgullo representantes del Magisterio, así que el fiel que querían conocer el camino del Evangelio y de la doctrina de la Iglesia siempre podría recurrir al teólogo, cualquiera que fuera, y recibía de él la respuesta autorizada, clara, persuasiva y segura; en resumen, encontraba en él la guía confiable y con autoridad para andar en la verdad del Evangelio y estar en comunión con la Iglesia. Los que querían dejar la Iglesia iban abiertamente, de hecho, como lo hizo el mismo Lutero - los von Rom! -, y no se quedaban perfidamente o hipócritamente pretendiendo destruirla desde dentro finguiendo con ser católicos “avanzando ”. en tal modo los enemigos de la Iglesia, descubiertos finalmente por los buenos teólogos o denunciados por los mismos fieles, eran rápidamente, sin prevaricaciones interminables, declarados como tal por la autoridad neclesiástica, así que eran bien conocidos, y entonces los fieles fueron también los menos educados tenían manera de reconocerlos, para protegerse y mantenerse alejados, como sedistinguen a los buenos de los hongos venenosos.
Los pastores, con su doctrina, fidelidad al Papa, prudencia y amor por el rebaño, sabían desenmascarar estos impostores, estos anticristos, estos falsos Cristos, y falsos profetas, estos lobos disfrazados de ovejas y ponerlos contra la pared. Recordamos a este respecto la maravillosa encíclica Pascendi Dominici Gregis de San Pío X. Hoy en cambio los herejes llegan a tener éxito bajo la atención general y nadie se da cuenta, nadie se preocupa, nadie interviene, de hecho, reciben elogios y obtienen éxito, encargos de enseñanza y quien se atreve a señalar que el emperador está desnudo, es hecho objeto de burla por no decir de algo peor.
Los teólogos, un tiempo, como sacerdotes y religiosos, en virtud de su mandato eclesiástico, eran humildes y diligentemente concientes de su misión y por ello de la grave responsabilidad ante Dios, ante los superiores, ante la Iglesia y las almas de su delicado encargo como Doctores de la verdad católica, no pasaba a nadie por la cabeza crear doctrinas subjetivas y arbitrarias, al igual que lo haría buen doctor, el cuaque se siente representante de la ciencia médica, y haría lo posible por no inventar personales sin base científica. En cambio, por desgracia, a partir de los años inmediatamente posteriores al concilio comenzó un fenómeno muy grave de la escisión entre el Magisterio y teólogos. Muchos obispos, ingenuamente y convencidos con entusiasmo de la llegada de un “Nuevo Pentecostés”, relajaron la vigilancia reemplazando la bonhomía a la perspicacia, el respeto humano al celo valiente, sus propios intereses a la defensa del rebaño de los lobos, el buonismo a la bondad y la misericordia por la debilidad.
Los teólogos, especialmente aquellos quefueron expertos del Concilio (1), por parte se montaron a la cabeza y, a la manera protestante, comenzaron a creerse, independientes o contra el Magisterio, custodios inapelables de la Palabra de Dios e intérpretes infalibles de la Sagrada Escritura, así como de los documentos del Concilio, que por el contrario distorsionaban en sentido modernista. A este punto tenemos las raíces de la crisis que padecemos hoy. Estas consisten esencialmente en: el movimiento subversivo y revolucionario de teólogos, cuyo resultado ha pasado a la historia como “la contestación del Sesenta y ocho ”, la cual fue entendida por muchos en el pueblo de Dios y entre los propios pastores y teólogos como una revolución doctrinal provocada por el mismo Cocilio, el cual habría cambiado datos de fe hasta entonces considerados inmutables, sobretodo acerca de la superioridad del cristianismo sobre otras religiones, sobre el concepto de Revelación e Iglesia y sobre la condena de las herejías del pasado, condena que sería en prescripción.
En realidad las nuevas doctrinas conciliares, interpretan correctamente, más allá de algunsa expresiones no del todo claras, y no constituyen de hecho una ruptura o negación de los dogmas tradicionales, sino por el contrario una explicación y exposición en un lenguaje moderno, adecuado para ser entendido por el hombre de hoy, ni el acercamiento del Concilio con la modernidad debía ser entendido a la manera modernista como sometimiento acrítico a errores modernos, sino más bien como propuesta de una modernización sana o, como se decía, “actualización” del pensamiento y de la vida de los cristianos, que recogeba a laluz de la inmutable Palabra de Dios cuanto de valioso puede ser en la modernidad.
En su lugar surgieron dos tendencias eclesiales y doctrinales que vieron en las doctrinas del Concilio un ruptura o cambio con respecto a la doctrina tradicional y a las condenas del pasado, inspiradas por una total ingesta de la modernidad: aquella de los de Mons. Lefebvre, los cuales, con el pretexto de que en el Concilio no se encontraban nuevas definiciones dogmáticas solemnes, negaban la infalibilidad de las doctrinas conciliares acusadas de estar infectadas de liberalismo, iluminismo racionalista, indiferentismo, laicismo, filo protestantismo y el antropocentrismo, todos los errores que ya habían sido condenados por la Iglesia en el siglo XIX y en los siglos anteriores, sobretodo con el Concilio Vaticano I y con el de Trento.
La otra corriente que apareció y todavía aparece a muchos con el crisma de la oficialidad y de intérprete único del’ la modernización conciliar, es la que por mucho tiempo se ha llamado o autoproclamado “progresista”, título visto por muchos como altamente positiva y codiciado, mientras que esta corriente llamada con desprecio “conservadora”, “tradicionalista” o “integrista”, o más recientemente “fundamentalista” la corriente de los lefebvristas , en la que, sin embargo, se incluye indiscriminadamente a todos los que no aceptan su modernismo. Durante muchos años esta corriente, hoy muy fuerte en la Iglesia, principalmente debido a la contribución de Rahner, ha prosperado ganándose el honorable título de progresiva, en referencia al valor del indudable progreso, del nuevo y del moderno, pero que en realidad para sus excesos cada vez más descubiertos e imprudentes, típicos de aquellos que han provado la falsa seguridad de estar al mando, se ha siempre manifiesto como modernista, y por esto una clara falsificación de las verdaderas enseñanzas del Concilio, los cuales si promueven el moderno, no ciertamente apruobando el modernismo, herejía ya condenada por San Pío X.
Queriendo expresarnos en lenguaje deportivo, podríamos decir que fue tomada la autoridad eclesiástica local y también en la parte superior fue perdida “en el contraataque”. Después del clima de diálogo y de serena confrontación intra ed extra eclesial creado por el extraordinario carisma de San Juan XXIII, si era ampliamente difundida la creencia en el episcopado y en muchos círculos teológicos que ya no existía herejías o, o si existían teologías que se distanciaban de la doctrina oficial del Magisterio, se trataban de doctrinas mayormente cuestionables o de expresiones de pluralismo teológico o tal vez algunos intentos’ audaces de innovación a ver con interés y benevolencia. De hecho las cosas no estaban así. Partiendo del inmediato post concilio con la tendencia posmodernista , aprovechando de la de-meritada confianza que aprendió astutamente de un episcopado ingenuamente optimista, comenzó compacto y audaz para salir a la luz, segura de su impunidad e incluso con el halo de progresismo, casi para implementar un plan de precedente internacional, que venía sobre todo de los paises de tradición protestante, y que fue secretamente elaborado previamente.
Los pocos que señalaron el peligro inminente, como Maritain, von Hildebrand, de Lubac y Danielou, ciertamente no sospechosos de conservadurismo o cerrados al nuevo, fueron vistos como personajes alborotadores, aves de mal agüero, nostálgicos de la Inquisición, aguafiestas que, como dicen, rompían los huevos en la cesta. Aquellos “profetas de infortunio”, catástrofes y desalientos, de los que San Juan XXIII había ordenado de estarles lejos. Sin embargo, no se dieron cuenta de la imprudencia en la cual habían caído, bajando la guardia, como si hubieran desaparecidos las consecuencias del pecado original, y la Iglesia con la teología habían comenzado una nueva era de hombres todos de buena voluntad, todos íntimamente solicitados en el preconsciente (Vorgriff) de la experiencia divina a tematica pre-conceptual, todos los cristianoslos anonimos anhelantes por Dios, todos objeto de la misericordia divina, según las melosas fórmulas rahnerianas. Nacía aquel “buonismo destructivo” y esa falsa misericordia recientemente denunciada por el Papa en su discurso al sínodo de los obispos.
El Concilio fue, sin duda, un enfoque progresivo, en el sentido de querer traer a la Iglesia un nuevo empujón o un nuevo impulso hacia el futuro, utilizando los valores del mundo moderno: el Concilio, más que sobre la necesidad de preservar o recuperar o restaurar lo perdido, puntó en el deber de seguir adelante, de renovar y avanzar, cambiando lo que ya no era adecuado o ya no era necesario para los nuevos tiempos o las nuevas exigencias, que se tenía la intención de preparar y satisfacer en un horizonte escatológico. No es de extrañar, por lo tanto,, Si la corriente más numerosa de Padres y expertos que comparecieron mayormente como intérprete del Concilio fue la que se acordó llamar “progresista”, mientras que aquellos que eran resistentes a la nueva o que no entienda o insistían demasiado en lo inmutable y en la tradición, empezaron a llamarlos con un acento de soportación y no de admiración, “Los conservadores” o “tradicionalistas”.
Entre estos últimos surgió, tal como lo conocemos, desde los primeros años del post-concilio la famosa figura de Mons. Marcel Lefèbvre, quien pronto comenzó a tener un cierto público, hasta fundar igualmente la famosa Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (FSSPX), todavía existente y prospera. Monseñor Lefebvre, partidario no totalmente iluminado de la sagrada Tradición, que según él el Concilio había traicionado, junto con algunos otros, en lugar de ver las herejías denunciadass por el Santo Oficio en la teología de los modernistas, en vez tuvo la gran ingenuidad de encontrarlas propiamente en el mismo consejo, que luego acusó de terribles errores ya condenados por los Papas del siglo XIX, como el liberalismo, el racionalismo y el indiferentismo.
Recientemente, en los años Ochenta , Romano Amerio ha sumado a la lista de supuestos errores del Concilio “la mutación del concepto de Iglesia”. Según su discípulo Enrico Maria Radaelli, El Concilio habría “volcado” La Iglesia. Paolo Pasqualucci, por su parte, acentua la presencia del”antropocentrismo”. Monseñor Brunero Gherardini ve una contradicción en los documentos del Concilio con el Vaticano I. El historiador Roberto De Mattei niega la infalibilidad de las doctrinas del Concilio con el pretexto de que en ellos no hay ningún dogma definido de acuerdo con las normas establecidas por el Concilio Vaticano I. Todos ellos confunden las doctrinas del Concilio con el modernismo nacido después . Se trata de una confusión deletérea la cual, de una parte implica una recta definición del modernismo de acuerdo con los criterios ofrecidos por San Pío X, de la otra acusa de modernismo propio el Concilio Vaticano II que, mirandolo bien es, el sabio antídoto por su propuesta de una modernidad saludable según la luz del Evangelio, de la doctrina de la Iglesia y de Santo Tomás de Aquino, como hizo por ejemplo, Jacques Maritain.
Desde el primer levantamiento de lefebvrismo Pablo VI lo tomó con una actitud muy severa, mientras que se mantuvo suave e indulgente hacia rahnerismo. este comportamiento no justo lamentablemente se quedó en los Pontífices siguientes hasta hoy. Benedicto XVI intentó un acercamiento a los lefebvristas al quitar la excomunión a sus obispos y con el famoso motu proprio Summorum Pontificum. En verdad el a rahnerismo se ha hecho sentir incluso en la liturgia con el fenómeno de la profanación de lo sagrado y de la secularización, consecuencia del falso concepto rahneriano del sacerdocio y la negación del carácter sacrificial de la Misa. Viceversa, los teólogos que se identificaron con la corriente generalmente y equívocamente nominada como “progresista”, se reunieron en torno a la revista Concilium, todavía existente. Pero cuando se hizo evidente el malentendido y parecía que algunos “progresistas” en realidad eran modernistas, entonces se dio una separación de los unos con los otros: por una parte, progresistas realmente honestos y fieles al Concilio y a la Iglesia, como Ratzinger, von Balthasar, Congar, de Lubac y Danielou, se dieron cuenta de los cripto modernistas, como Küng, Rahner, Schillebeeckx, Schoonenberg y otros. Así fue que los verdaderos progresistas se separaron de los segundos y fundaron la revista Communio. En cuanto a Ratzinger, dándose cuenta de la tendencia modernista de Rahner, lo abandonó y lo criticó severamente en Les principes de la théologie catholique (2) del 1982, un año después fue nombrado Prefecto de la CDF por San Giovanni Paolo II.
En el 1966 el Cardenal Alfredo Ottaviani, pro-prefecto del Santo Oficio, ahora convertida en la Congregación para la Doctrina de la Fe, junto con el Secretario, la doctísimo cristólogo Pietro Parente, enviaron una alarmante carta (3) a los los presidentes de las Conferencias Episcopales denunciando en 10 puntos una serie de errores graves que serpenteaban entre los teólogos así llamados “progresistas”. Para muchos esta grave denuncia parecía ser exagerada o una especie de ducha de agua fría; a otros, ya infectados por el modernismo, debe haber causado irritación y aparecía como un freno reaccionario o una condena insoportable de la nueva teología promovida por el Concilio.
La nueva Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), dirigida por el cardenal Franjo Šeper, quien en verdad non dio pueba sde energía suficiente para hacer frente a los graves problemas reportados por el Cardenal Ottaviani y por Monseñor Parente, hecho entonces cardenal. Estos, con la visión y el coraje que los habían caracterizado en años anteriores, escribió en el 1983 un libro de oro (4), que podría haber sido el texto de una encíclica pontificia, indicando las herejías de numerosos teólogos, como Küng, Rahner, Schillebeeckx, Schoonenberg, Hulsbosch y otros. Desgraciadamente, sólo una pequeña parte y así demasiado soso CDF censurados estos autores, que en la mayoría podría proceder sin trabas a difundir sus errores, protegido por fuerzas poderosas filoprotestanti y philo, quizás clandestinamente Penetran la misma Iglesia.
Desde los primeros años del consejo posterior había una gran cantidad de buenos teólogos y prelados, que es premurarono en comentar sobre los textos del Concilio en la línea del Magisterio, mostrando su continuidad con el Magisterio anterior, defendiéndolos de la acusación de modernismo, y sacarlos de la manipulación de los modernistas. Entre ellos hubo teólogos y prelados cardenal Giuseppe Siri, jacques maritain, Jean-Marie-Joseph Yves Congar, Enrique de Lubac, jean danielou, Padre Raimundo Spiazzi, Juan Guitton, Juan Galot, los teólogos dominicos de Roma, Florencia y Bolonia, y Alberoni Colegio de Piacenza al Siervo de Dios Padre Tomas Tyn en los últimos años. Desafortunadamente,, su trabajo en el meritevolissima décadas, no totalmente ignorado por la Santa Sede, fue casi abrumado por las dos partes opuestas de Lefebvre y los modernistas, el primero con un tradicionalismo apego miope y obstinado superado, segundos, fuerte del éxito, con una subida gradual a posiciones de poder en la Iglesia, comenzando con la victoria en los periodistas Sesenta, gente joven, yo laici, el bajo clero y religiosos e ir poco a poco hasta la conquista de los niveles superiores del episcopado y en años más recientes, penetrando en el mismo colegio de cardenales.
Los signos preocupantes de lo que hemos tenido recientemente en el Sínodo de los Obispos, por lo que la mejor parte del Colegio Cardenalicio, encabezada por cardenales Gerhard Ludwig Müller y Leonard Raymond Burke, ha sentido la urgencia de intervenir en defensa del magisterio de la Iglesia y el Papa, pero no parece haber mostrado hacia ellos suficiente gratitud por la valiosa labor realizada por ellos.
Pablo VI, que fue la tarea muy seria de hacer cumplir los decretos del Concilio, pronto se encontró frente a una situación difícil, que él mismo, ya que tuvo que confesar una década después de la Segunda, no incluido (5). Modernistas holandés, con increíble puntualidad, ya publicado en 1966, desarrollado bajo la influencia de Schillebeeckx, con el permiso del Cardenal Bernard Jan Alfrink, el famoso “Holandés Catecismo”, publicado en Italia en 1969, que fue un gran éxito. El Catecismo, ciertamente no privados de calidad, pero se ha mantenido hasta hoy el manifiesto de la iglesia modernista, contenida numerosas herejías y deficiencias doctrinales graves, Pablo VI se vio obligado a corregir por una comisión especial de cardenales en 1968. Evidentemente este catecismo fue la implementación de un gran plan secreto ya elaborado durante los años de la Segunda, durante el cual muchos expertos orientación modernista astutamente oculto e injustamente sus herejías en virtud de un comportamiento externo correcto, de hecho a veces dando una contribución doctrinal encomiable durante el trabajo del Consejo. Su enfermedad en ellos permaneció en la incubación y luego llegó claramente a la luz sólo a partir de los años del consejo inmediatamente posterior (6). Mientras tanto, él fue ganando cada vez más apoyo a la idea de Karl Rahner, que había sido uno de los expertos más influyentes del Consejo, consejero del cardenal Franz König. Rahner en el principio de identidad de ser con que se pensaba, que confunde el ser como tal con el ser divino.
Esta visión panteísta del ser humano se reduce a lo divino; lo divino (la “gracia”) entra en la definición de la humana, pero conservando un aspecto histórico (“el hombre es la trascendencia y la historia”), relativiza el concepto de la naturaleza humana, conocimiento humano y la ley natural, el modelo hegeliano, mientras que el ser divino es esencialmente humano. Cristo es, pues, la cumbre divino del hombre y Dios es necesariamente Cristo. De ahí la confusión panteísta de gracia con Dios, entendida como constitutiva del hombre. Cada hombre es esencial y necesariamente en la gracia. Se no se puede comprar ni perdió. Sin no le quita la gracia pero anula a sí mismo, porque es inconsistente. Cristo no salva como redentor (concepto mítico), sino como un factor del paso del hombre por el hombre convertirse en Dios y Dios. La fe no es la doctrina o conocimiento conceptual, pero el encuentro con Dios, auto-conciencia y la experiencia de Dios pre-conceptual y athematic (Vorgriff). Se trata del nivel de una opción fundamental por Dios, acto de suprema libertad, para que todo el mundo se guarda independientemente de los actos categoriales, Empírica y acabado, propia voluntad, cognitivo y moral, bueno o malo, que se plantean en términos de cambiar la historia y su. De ahí la relatividad y mutabilidad del dogma, inevitablemente incierto y falible, a diferencia de la experiencia de fe aún ahorro, que la experiencia es el devenir de Dios en la historia.
Con la aparición de estas ideas Rahner, línea de este Catecismo holandés, incluso el carácter a la Ilustración racionalista, asumió un acento claramente panteísta Hegel-Heidegger en “Fundamentos de la Fe” es decir, Rahner, publicado en Alemania en 1976 y en Italia en 1977. Esta vez no hay comisión de cardenales tuvo el valor y la sabiduría para condenar este pseudo-catecismo (7), peor que el anterior. los modernistas, cada vez más potente, comenzó a silenciar la propia Santa Sede. De hecho, Pablo VI no tomó ninguna medida. No había ninguna refutación de autoridad por parte de algunos miembros de la Santa Sede o teólogo a la vista. Incluso el CDF, encabezada por el cardenal Seper, no hizo nada. Rahner tenía demasiado miedo. Para decir la verdad, la pastoral grave error de la Santa Sede estaba en mi opinión para que evitar que el Catecismo holandés, olvidando el cuidado providencial y oportuna de la Iglesia de la Reforma tridentina, la cual, inmediatamente después del Concilio de Trento y casi como su documento final y resumen, publicado el famoso y útil Catecismo de Trento, que básicamente sigue siendo valiosa.
Pablo VI, en el curso de su pontificado, nos propone o por ellos mismos o por medio de la considerable cuerpo de doctrina CDF, que, además de desarrollar las doctrinas del Consejo, También refuta las falsas interpretaciones y errores que surgen de sentencia, pero nunca ha sido capaz de abordar de frente y explícitamente el problema de rahnerismo. De hecho Rahner miembro de la Comisión Teológica Internacional nombrado, de la que poco después de, decepcionado porque se podía ver rechazadas sus ideas, él vino con tono molesto y arrogante acusándola de conservadurismo. Pablo VI con muchos ensayos e intervenciones agudas contra el laicismo, el espíritu de controversia, la immanentismo, el antropocentrismo, falsa carismatismo, Liberalismo, noticias falsas, relativismo dogmático y el evolucionismo, la profanación de la liturgia, laxitud y el subjetivismo moral, le disparó varias veces hacia la meta, pero sin centro nunca completamente, así que rahneriani, con la audacia y la hipocresía que los caracteriza, Siempre he sentido seguro y permite que continúe en sus ideas y en sus trajes.
El 1974 tal vez podría ser una oportunidad para resolver el problema de rahnerismo con buena condena de sus errores y la indicación del verdadero camino de la renovación y el progreso de la teología. Pero, por desgracia Pablo VI también perdió esta oportunidad, que fue dado por una importante conferencia sobre Santo Tomás de Aquino en el séptimo centenario de la muerte, organizada por los dominicos, que contó con el apoyo de bien 1500 Los estudiosos de todo el mundo. Para esta ocasión surgido claramente en la escena mundial Internacional Teológico la gran figura de los más eruditos y sabios Padre Cornelio Fabro, quien elaborado (8) el diseño de la hermosa carta “Iglesia Luz” el Papa padre Vincent de Couesnongle, Maestro de la Orden de los Frailes Predicadores, dedicado para recomendar, con una gran cantidad de temas apropiados, yo estudio, la profundización y difusión del pensamiento de Santo Tomás de Aquino, así como su uso para la comparación con la cultura moderna, de conformidad con las disposiciones de la Segunda (9).
En el mismo año 1974 Fabro publicado El giro antropológico de Karl Rahner (10), una investigación de las raíces epistemológicas aguda y pensamiento metafísico de Rahner, un estudio de gran alcance, en la que el teólogo Estigmatinos demostró irrefutablemente, textos en la mano, haciendo uso de su conocimiento excepcional y de Santo Tomás y de alemán, el abominable impostura aunque fascinante con la que Rahner, falsificación de los mismos textos tomistas, reivindicada presentar Aquino, Doctora de la Iglesia, como conforme a Hegel, cuyo idealismo se ha condenado en repetidas ocasiones por la Iglesia. Lo más claro mensaje tácito enviado a Pablo VI, de la absoluta necesidad de no mantener los pies sobre dos soportes, pero el hecho de que la declaración de la verdad no puede dejar de dar lugar a la condena del error y en este caso la declaración clara e inequívoca de que la renovación y el progreso de la teología ordenada por el Consejo no tuvieron que pasar de Rahner pero por Santo Tomás? Pero nada vino de Pablo VI. La oposición de los buenos teólogos no desalentó. Conscientes de su responsabilidad para con las almas y leal a su deber de fidelidad al Magisterio de la Iglesia, seguido informando errores peligrosos Rahner, aunque por desgracia, como era de esperar, la rahnerismo no hacia atrás, y de hecho fortalecido hasta la fecha. La historia de esta terrible lucha dentro de la Iglesia brevemente le dije en mi libro sobre Rahner (11), que deben actualizarse por ejemplo, con la persecución hecha a los Franciscanos de la Inmaculada, en la que no es difícil ver la venganza de rahneriani para el Congreso teológico internacional antirahneriano el franciscano 2007 (12).
Con la elección de San Juan Pablo II tenía la impresión de que el papado fue capaz de tomar la situación en la mano. El Papa en 1981 reemplazado como jefe de la CDF, el cardenal Seper con el gran teólogo Joseph Ratzinger, y un resultado inmediato que comenzó a notar una postura más decisiva contra errores Schillebeeckx y la condena de los errores de la teología de la liberación. Ratzinger fue capaz de golpear a algunos seguidores de Rahner, pero el mismo Rahner, que murió en 1984, permanecido intacta. La rica enseñanza de Juan Pablo II, sin duda, corrigió muchos errores Rahner, pero lo hizo sólo alusivo y genérico, simplemente exponer a la sana doctrina, sin entrar en el fondo de las preguntas con precisión, ¿cómo funciona el buen doctor que toma una enfermedad exacta y precisa, con el fin de fijar el recurso apropiado.
Gran empresa del Papa fue la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica en 1992. Aunque esto, sin duda, fue indirectamente una robusta errores antídoto Rahner, aunque, por supuesto que no podía ser nombrado. Lo interesante entonces el Papa Benedicto XVI señaló que el Catecismo como criterio para discernir los errores de los teólogos. El Papa habría tenido dos grandes ocasiones para hacer frente a la cabeza, de una vez por todas, la controvertida cuestión y gangrenosa: le due Encicliche gran esplendor del 1993 e Fides et Ratio del 1998. Sólo en el primero hay una pista a la distinción Rahner, sin que Rahner es nombrado, Entre “trascendental” y el “categórico”, que se expresa en en moral '”opción fundamental” y en “actúa categórica”. Así, Todavía en los años 2004-2005, el año antes de la muerte del Papa, la lucha entre rahneriani y antirahnriani revivido con gran: con un congreso de opositores en Alemania 2004 (13), que seguido, respuesta casi polémica, una conferencia en su favor en la Universidad Lateranense, durante el cual la única voz que se escuchó en la fuerte oposición fue monseñor Antonio Livi.
Sin duda hay que estar horrorizado al ver el éxito de Rahner, si él se celebró en la más prestigiosa de las Universidades Pontificias romanas. Es el signo de una situación dramática, que cada vez más urgente pidiendo ser sanado, especialmente teniendo en cuenta las consecuencias desastrosas de las ideas de Rahner en el campo de la moral y de la vida eclesial. En este clima de batalla climatizada y doy gracias al Señor Estoy sorprendido de cómo con el permiso de mis superiores, que también son agradecidos, Yo podría publicar mi libro sobre Rahner, que ha tenido cierto éxito, aunque me refiero a la guerra sorda que rahneriani hacen él y el desprecio de que la cubierta. Sin embargo, yo siempre estoy aquí, listo para corregir cualquier error de interpretación y razones y escuchar su defensa. Pero nadie se presenta.
Benedicto XVI, agudo crítico de Rahner, ascendió al papado, donde tendría toda la experiencia, inteligencia, la autoridad y el poder para actuar una solución al grave problema, que lamentablemente no hizo nada y probablemente para esas pocas intervenciones sugerentes que hicieron, se ha traído sobre si la ira de los rahnerianos, que lo llevaron a abdicar y renunciar al ministerio petrino. La encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco, terminación de la encíclica iniciada por Benedicto, repite clichés e ignora por completo el tema. Hoy el problema, por tanto, sigue abierto . Francisco nunca habla de Rahner. Pero no creen que es la mejor solución. Rahner es bien conocido y seguido. Sus errores graves, que continuará dando, se ha demostrado durante cincuenta años a partir de una enorme variedad de estudiosos y el Magisterio de la Iglesia en los últimos cincuenta años, en la condena de muchos errores, aún vislumbrar la sombra a la izquierda de rahnerismo, no ausente, por ejemplo, en el bienhechor actual surgido incluso en el último sínodo de obispos. No es, por lo tanto, llegado el momento de “poner, como dicen, las tablas”? ¿Por qué pretender ignorar lo que todo el mundo sabe? Todavía hay algunos progresistas autodenominados rezagados que aún no han descubierto dónde viene el mal? Si es tan claro como está claro su origen y naturaleza, por otra parte, teniendo en cuenta que hay remedios, ¿por qué no reconocerlo francamente un buen momento y decidió tratarlo, Vistas sus consecuencias nocivas, después de un diagnóstico preciso y detallado? Tal vez que el mal debe ir solo?
Fontanellato, 21 Noviembre 2014
Introitus Domenica Prima Adventus
Los autores de la Isla de Patmos promueven la protección del patrimonio de buen canto y del latín litúrgico
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1. Se dice que don Giuseppe Dossetti afirmó que “el consejo lo había hecho”. Por no mencionar el fuego que se han convertido en parte de la gran prensa sobre el papel desempeñado por secularista Rahner en el Consejo.
2. Edición alemana Erick Wewel Verlag, Munich 1982, Edición en francés Téqui, París 1985.
3. Carta a los prelados Conferencias venerables, en la Congregación para la Doctrina de la Fe, Los documentos del Concilio Vaticano II desde el momento de la finalización de la segunda (1966-1985), Biblioteca Editorial del Vaticano 1985.
4. La crisis de la verdad y el Concilio Vaticano II, Po Instituto de Artes Gráficas, Rovigo 1983.
5. “Esperábamos una nueva primavera, y vino una tormenta”.
6. Están equivocados, por ello, los historiadores, como De Mattei, que argumentan, en la línea Lefebvre, que estos expertos darían un discurso en la modernista Consejo. Y’ posible, de hecho, es probable que algunas tesis modernistas han surgido durante los debates, que preocupa enormemente Pablo VI, pero luego desaparecieron en el momento de los documentos finales. También lo es la interpretación errónea del Consejo, dada por la Escuela de Bolonia, para lo cual debe ser, en los documentos oficiales, realizar un seguimiento de uno “espíritu” l’ “evento” que va más allá de la letra retrivamente conservador , y que no se basa en sus ideas modernistas. También es un error ver la card.Kasper en el Consejo de “contradicciones” “tensiones no resueltas” entre elementos superó fissisti y tradicional y”uno nuevo”, Constantemente evolucionando, que no es más que que el modernismo, por el que simpatiza. La valiosa contribución propuesta por el Consejo, en colaboración con Rahner Ratzinger es ilustrado por Peter Paul Saldanha en su trabajo como Apocalipsis “auto-comunicación de Dios”, La prensa de la Universidad Urbaniana, Roma 2005.
7. Mismo Rahner no tuvo el descaro de llamarlo “catecismo”, pero en la práctica es evidente que su intención de proponer una iniciación en la fe, sin embargo, afectado por el gnosticismo protestante y la antítesis de la Católica.
8. Yo personalmente comunicada en confianza.
9. Entrenamiento, 16 el más grave de la educación, 10.
10. Ediciones Rusconi, Milano.
11. Karl Rahner. La Segunda traicionó, Edizioni Fede&Cultura, Verona 2009, II y.
12. Estos han sido publicados en Karl Rahner. Un análisis crítico, editado por el Padre Serafino Lanzetta, Publicado por Cantagalli, Siena, 2009.
13. Estos han sido publicados en Karl Rahner. Aproximaciones críticas, editado por David Berger, Editorial Franz Schmitt, bicho de la victoria 2004
Estimado Padre,
de humilde creyente, Creo que el Papa está viviendo un momento difícil, ambos desorientado, confundido, intento. Creo que él aceptó, con toda humildad – a partir del nombre – la tarea de ser: Vicario de Cristo, El sucesor de Pedro, Tal vez ingenuamente convencida de que la unánime, rama de apoyo de los cardenales y de la iglesia entera y sólo ahora es plenamente consciente de lo que eso significa y cuánto pesa esa Soglio: Cordero indefenso un rebaño socavado por lobos hambrientos, halagado, tiró, criticado y rejetto!
ahi esta, desnudo ante la Cruz, atormentado como alguien responsable debe tomar la decisión correcta para el pueblo de Dios, curiosas, macerando, rezando.
Sufrimiento, Rezo todos los días para él, que Dios inspire, la luz para separar el trigo de la paja, a elegir el camino, el único enseñada por Jesús, Nuestro Salvador!
Es reconfortante pensar que Dios siempre trabaja en aras de la Santa Iglesia, Aparte de la miseria humana de representantes terrenales.
En su gracia. siempre: Conquista Cristo, llovió, impera.
Hermano Juan (Disculpe si lo ofendo pero no le se si se dice hermano primero siendo religioso o sacerdote) Como escribió al padre de Ariel. Prefiero hacer mis comentarios en español para evitar malentendidos. Esta pregunta va en relación a mi comentario sobre la neo-lengua del Padre Ariel, usted critica fuertemente al P. Rahner, y debe tener sus buenas razones; pero algo que me llamó la atención es la obsesión por mostrar que fue él la fuente de la confusión eclesial actual (a pesar de que en el artículo mencione otros teólogos como Congar, de Lubac, etc; quienes según usted fueron defensores de la que usted llama modernización conciliar correcta; aunque si otros estudiosos los ven como causa de la misma confusión actual). La segunda cosa que me llamo la atención es el juicio acrítico que hace hacia la teología de Rahner, usted dice ser un Tomista verdad? entonces se debe recordar cuánto tiempo fue cuestionado su pensamiento como incluso el hecho de que estando en vida su posición fue muy criticada por asumir a Aristóteles. No es la misma historia que se repite? puede ser que el pensamiento de Rahner todavía no haya madurado o que no tenga discípulos de nivel como los tuvo S. Tomas La tercera cosa que me llamò la atenciàon (y es la que propiamente tiene relación con mi comentario al P. ariel s): se puede cuestionar mucho los términos inventados por Rahner, (algo que se puede repetir del mismo Tomas pues en el último siglo los mismos tomistas no se ponían de acuerdo a decir cual era la gran novedad del Aquino: Fabro, Gilson, maritain, La Grange) No quiero decir con esto que Rahner es el nuevo Tomas, o a lo mejor si; esto lo dirá la historia; lo que si quiero dejar claro es que me parece mas correcto y que tiene mayor propiedad lingüística para los tiempos actuales el pensamiento Rahneriano con su actividad económica en la trinidad, su definición de iglesia e incluso la misma y problemática visión de la GRACIA con los cristianos anónimos, que el motor inmóvil, las cinco vías o la argumentación sobre cuanto era necesario o no la encarnación por Tomas de Aquino. En pocas palabras son dos lenguajes que expresan don contextos culturales, teológicos y religiosos distintos; agarrar el querer pedazo de madera de la metafísica en un mar tomista en movimiento "como del hoy del sucede continua, en vez de nadar, No es algo absurdo e inutil?
Rahner dice: ” Quien sigue su conciencia, Si usted cree que es cristiano o no cristiano, Si te sientes tener que ser ateo o creyente, tal individuo es acordado y aceptado por Dios y puede alcanzar la vida eterna que en nuestra fe cristiana nos confesamos como el final de todos los hombres” Eso es exactamente lo que dijo en la entrevista a Bergoglio Scalfari referente a conciencia. ¿Cómo funciona el Rahneriani para purgar Bergoglio cuando él mismo “Rahneriano”?
@gialub. Creo que es difícil saber si Papa Francesco es rahniano o no, ya no digamos de la cita que hiciste. La primacía de la conciencia es indiscutible como el mismo escribe St. Thomas,es cierto que salvación es dada en absoluto por los méritos de Jesús según el partido a los datos de las hazañas. Sin embargo estoy teniendo lamentablemente monchi discursos dados lugar a conclusiones erróneas.
Es impensable que el Papa es rahneriano, dado que Rahner es un hereje. El Pontífice dio señales de. Lo que es posible y puede ser deducido de un par de frases es que intenta recuperar algunos aspectos positivos de pensamiento rahneriano.
El Papa habló simplemente del hecho bien conocido que el auténtico sentido en General es inocente. Todo el mundo tiene el derecho a elegir tan bien que honestamente se parece a esto, lo que implica por supuesto que le elegir tan bien que sea agradable a Dios o se ajustan a la ley divina.
El Papa entonces absolutamente destinado avala el ateísmo, ¿Quién se convierte en lícita moral de Rahner, ¿Quién cree que absurdamente que uno puede ignorar de buena fe que Dios existe. Pero esto es absolutamente falso, Porque todos implícitamente o explícitamente sabe que Dios existe. No hay escapatoria. La única posibilidad para todos es que aceptar o rechazar a Dios como el final de su vida.
De hecho cada uno, como dice cristo (Mt 25) debe tener en cuenta a Dios de su obra. El ateo entonces es culpable, a menos que quien cree ser un ateo porque es equivoca en el concepto de Dios, Así es creer sin saberlo.
Este análisis es antes de la fecha contemplada en el artículo Mons. Livi y algunos “anomalías, inconsistencias” Aquí se quejó de, Allí encontraron ya la interpretación correcta. Y’ todo indica que el “Visión de Rahner” se sembró, capturado con gran facilidad. Hoy se ha colado muy profundo: muchos hombres de la iglesia, Los príncipes y ministros, vivos o difuntos, eran partidarios u opositores tolerantes, maestros mal o ingenuo, Dependiendo de las diferentes perspectivas. Tal vez la propagación de “Mala hierba” Aún no ha alcanzado la culminación (Algunos argumentan que sus letras son la base del estudio para la formación en los seminarios teológica!!). Y’ amarga consideración que los últimos papas trataron de impedir la propagación de estos “teorías de la hierba” y que las acciones promovieron y desplegado para erradicarla no han sido eficaces, solución de problemas.
Sincero, apelación final dramático: la emergencia se está convirtiendo en más grave. Necesitamos la intervención de médicos al peligro endurecido, dosis masivas de Santa doctrina: el retorno de Cristo y sus conciencias intervención discreta de sus pastores y …
Estimado Ettore,
Gracias por estas palabras, Eso confirma mi análisis y lo apoyo en la esperanza, Yo creo que todo buenas fieles católicos a la iglesia y al Papa, que podemos encontrar una solución.
A este respecto,, Creo que sería bueno que la mejor parte del Colegio Cardenalicio, que surgieron con el grupo de cardenales Muller y Burke, en colaboración con las más firmes y más autorizada, sugirió al Papa para emitir o personalmente o por medio de la congregación para la doctrina de la fe, una serie de declaraciones bien investigadas y exigentes, decir un cinco o seis documentos, que enfrentan los temas principales.
Esta iniciativa, sin embargo, presupone que el Papa purificada la Curia por infiltración rahneriane, Es evidentemente imposible confiar la delicada tarea de refutar el rahnerismo a los elementos que están infectados.
Ahora, encontrar colaboradores y preparativos Feria, papá, escuchando su conciencia del sucesor de Pedro, deben poner en el candelero sí mismo elementos válidos, Pero que aún viven en la clandestinidad o son marginados por la misma rahneriani.
Usted puede preguntarse ¿cuál sería la reacción de rahneriani. Uno podría esperar que el rahnerismo, un disparo en el corazón, debe bajar la cresta, para ser reemplazado por sana doctrina, inspirado en St. Thomas, promovido por el mismo Consejo. Por ejemplo, el Papa debe tomar las críticas hechas a Rahner por Cornelio Fabro y Joseph Ratzinger.